La legislación española en relación con los perros está regulada por varias leyes y normativas que buscan proteger a los animales y garantizar la seguridad de las personas. En este post, vamos a repasar algunas de las principales disposiciones que deben tener en cuenta los dueños de perros en nuestro país.
1. Registro y identificación de los perros
Según la Ley de protección de animales, todos los perros deben estar registrados y debidamente identificados mediante un microchip o un tatuaje. El propietario debe llevar siempre una copia del certificado de registro del perro y mostrarlo a petición de las autoridades competentes.
Además, es obligatorio llevar siempre una correa y una placa con el número de teléfono del propietario en caso de que el perro se pierda. Esto es importante no solo por la seguridad del animal, sino también por la responsabilidad que asume el dueño en caso de que el perro cause algún daño a terceros.
2. Prohibición de maltrato animal
La Ley de protección de animales también establece que está prohibido maltratar a los animales de cualquier forma, ya sea física o psicológicamente. Esto incluye acciones como golpear, abusar, abandonar o negarles una alimentación y cuidados adecuados.
Los dueños de perros deben asegurarse de proporcionar a sus animales una vida digna y cómoda, y en caso de incumplimiento de esta obligación, pueden enfrentar sanciones administrativas o penales.
3. Normativa sobre la tenencia de perros peligrosos
Los perros considerados peligrosos, como los perros de defensa o ataque, están sujetos a una serie de requisitos y normas especiales. Según el Real Decreto 287/2002, estos animales deben estar registrados y debidamente identificados, y sus dueños deben contar con un permiso especial para su tenencia.
Además, los dueños de perros peligrosos deben cumplir con una serie de obligaciones, como llevar siempre al perro atado con una correa corta y con un bozal, y asegurarse de que el animal esté asegurado mediante una póliza de responsabilidad civil.
4. Normativa sobre la tenencia de perros en lugares públicos
La Ley de protección de animales establece que los perros solo pueden acceder a lugares públicos si están debidamente controlados por sus dueños.
5. Normativa sobre la tenencia de perros en edificios y viviendas
La Ley de arrendamientos urbanos establece que los dueños de perros tienen el deber de evitar que los animales causen molestias o daños a los vecinos. Esto significa que deben tener cuidado de no permitir que los perros ladren en exceso o que dañen la propiedad comunitaria.
En el caso de los edificios de viviendas, es común encontrar normativas específicas que regulan la tenencia de perros. Por ejemplo, algunos edificios pueden tener límites de tamaño o prohibir ciertas razas consideradas peligrosas. Es importante que los dueños de perros se informen sobre estas normativas y las cumplan para evitar problemas con los vecinos o la comunidad.
6. Normativa sobre la tenencia de perros en vehículos
La Ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial establece que los perros deben viajar debidamente sujetos en el vehículo para evitar que molesten al conductor o causen distracciones. Esto significa que deben llevar un arnés o una jaula especialmente diseñada para el transporte de perros.
Es importante tener en cuenta que conducir con un perro suelto en el vehículo puede acarrear sanciones administrativas o incluso penales en caso de que el animal cause un accidente.
En conclusión, la legislación española sobre perros busca proteger a los animales y garantizar la seguridad de las personas. Los dueños de perros deben conocer y cumplir con estas normativas para evitar problemas y asegurar una convivencia armónica entre perros y personas. En breve, sea probará una nueva ley de protección de animales, que lógicamente, afectará a nuestros peludos. ¡Estad atentos porque os la explicaremos aquí en cuanto sea aprobada!
Viajar con tu perro puede ser una experiencia divertida y enriquecedora, siempre y cuando estés bien preparado y sigas algunas precauciones básicas. A continuación, te presentamos algunos consejos para que puedas disfrutar de un viaje sin complicaciones con tu querido compañero de cuatro patas.
Antes de partir
Antes de emprender cualquier viaje con tu perro, es importante que lo lleves al veterinario para un chequeo completo y asegurarte de que está en buenas condiciones de salud. También es recomendable llevar una copia de su historial médico y su certificado de vacunación, por si acaso necesitas mostrarlos durante el viaje.
Otra medida importante es asegurarte de que tu perro esté identificado con una etiqueta de identificación y un microchip. Si viajas al extranjero, también es necesario que tu perro tenga un pasaporte para perros, que puedes obtener en tu veterinario.
Durante el viaje
Es importante que tu perro viaje en una jaula de transporte aprobada por la IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo). Esto no solo le brindará a tu perro un espacio seguro y cómodo durante el viaje, sino que también lo protegerá en caso de un accidente o un cambio inesperado en la ruta.
Si viajas en coche, es importante que tu perro vaya sujeto con un arnés de seguridad o en una jaula de transporte. Esto no solo lo mantendrá a salvo en caso de un accidente, sino que también evitará que moleste a los demás pasajeros.
Es importante que le des de beber y de comer a tu perro con regularidad durante el viaje, y que le ofrezcas descansos cada pocas horas para que pueda hacer sus necesidades y estirar las patas.
Al llegar a tu destino
Es importante que investigues antes de viajar para asegurarte de que tu destino sea perro-amigable y que haya lugares donde tu perro pueda hacer sus necesidades y dar paseos. También es recomendable llevar contigo una lista de veterinarios en el área en caso de que necesites atención médica para tu perro durante el viaje.
Es importante recordar que no todos los alojamientos permiten la entrada de perros. Asegúrate de llamar y confirmar antes de reservar tu habitación. Si no puedes encontrar un lugar donde puedas hospedarte con tu perro, es posible que tengas que buscar otras opciones como una residencia de cuidado de perros o una casa de vacaciones que permita la entrada de mascotas.
Cuando visites lugares públicos con tu perro, asegúrate de mantenerlo siempre sujeto con una correa y respetar las normas y regulaciones locales en cuanto a la presencia de perros en esos lugares. También es importante que mantengas tu perro bajo control en todo momento y que lo mantengas alejado de otros animales que puedan estar presentes.
Regresando a casa
Cuando llegue el momento de regresar a casa, es importante seguir los mismos pasos que seguiste al partir. Asegúrate de que tu perro esté identificado y tenga todos sus documentos en orden, y de que viaje en una jaula de transporte aprobada o sujeto con un arnés de seguridad si viajas en coche. También es importante darle de beber y de comer con regularidad y ofrecerle descansos durante el viaje.
En resumen
Viajar con tu perro puede ser una experiencia divertida y enriquecedora, siempre y cuando estés bien preparado y sigas algunas precauciones básicas. Asegúrate de llevar a tu perro al veterinario antes de partir, llevar todos sus documentos en orden y mantenerlo sujeto durante el viaje. Investiga antes de tu viaje para asegurarte de que tu destino sea perro-amigable y que haya lugares donde tu perro pueda hacer sus necesidades y dar paseos. Y, por último, asegúrate de seguir los mismos pasos al regresar a casa. Si sigues estos consejos, podrás disfrutar de un viaje sin complicaciones con tu querido compañero de cuatro patas.
La psicología canina es una rama de la psicología que se ocupa del estudio de la mente y el comportamiento de los perros. Aunque los perros son animales sociales por naturaleza y han evolucionado para vivir en manada, cada perro es único y puede tener necesidades y comportamientos diferentes. Entendiendo cómo funciona la mente de nuestros perros y cómo se desarrollan sus comportamientos, podemos brindarles una vida más feliz y saludable.
Desarrollo del comportamiento canino
Al igual que con los humanos, el comportamiento de los perros se desarrolla a lo largo de su vida. Durante los primeros meses de vida, los cachorros aprenden sobre el mundo a su alrededor y comienzan a desarrollar sus personalidades y comportamientos individuales.
El ambiente en el que crecen los cachorros puede tener un gran impacto en cómo se desarrollan. Si un cachorro crece en un entorno seguro y estable, es más probable que desarrolle comportamientos seguros y equilibrados. Por otro lado, si un cachorro crece en un entorno inseguro o caótico, es más probable que desarrolle comportamientos inseguros y nerviosos.
Inteligencia canina
Los perros son animales muy inteligentes y tienen una capacidad de aprendizaje impresionante. Están programados para aprender y adaptarse al mundo a su alrededor y pueden aprender muchos trucos y comandos a través del entrenamiento y la repetición.
Además de ser buenos en el aprendizaje de trucos y comandos, los perros también son capaces de resolver problemas y tomar decisiones por sí mismos. Pueden aprender a abrir puertas y cajones para obtener recompensas y también pueden aprender a evitar obstáculos o peligros.
Personalidad canina
Cada perro es único y tiene su propia personalidad y comportamiento individual. Algunos perros son más tímidos y reservados, mientras que otros son más confiados y extrovertidos. Algunos perros son más activos y juguetones, mientras que otros son más relajados y calmados.
Es importante tener en cuenta que la personalidad de un perro puede cambiar a lo largo del tiempo y puede ser influenciada por su ambiente y sus experiencias de vida. Por lo tanto, es importante proporcionar a nuestros perros un entorno seguro y estable y brindarles a ellos la oportunidad de experimentar cosas nuevas y divertidas para ayudarles a desarrollar su personalidad y comportamiento de manera positiva.
Comunicación canina
Los perros comunican sus necesidades y emociones de muchas maneras diferentes. Utilizan el lenguaje corporal, la vocalización y el olfato para comunicarse con otros perros y con sus dueños.
El lenguaje corporal de un perro puede ser muy revelador y puede decirnos mucho sobre lo que está sintiendo o pensando. Por ejemplo, si un perro tiene la cola alta y los ojos brillantes, puede estar feliz y excitado. Por otro lado, si un perro tiene la cola baja y evita el contacto visual, puede estar triste o estresado.
Los perros también utilizan la vocalización para comunicarse. Los ladridos, los gruñidos y los aullidos pueden transmitir una amplia gama de emociones y mensajes. Los perros también utilizan el olfato para comunicarse, especialmente cuando se encuentran con otros perros. Dejan marcas olfativas para comunicar su territorio y para mostrar su estado de ánimo a otros perros.
Ansiedad y estrés canino
Al igual que con los humanos, los perros también pueden sufrir de ansiedad y estrés. La ansiedad y el estrés pueden ser causados por muchas cosas diferentes, como el cambio de entorno, la separación del dueño, el ruido fuerte o la falta de ejercicio.
La ansiedad y el estrés pueden manifestarse de muchas maneras diferentes en los perros, como ladrar, masticar, escapar o tener problemas de comportamiento. Si notamos que nuestro perro está mostrando signos de ansiedad o estrés, es importante tratar de identificar la causa y trabajar en ella para ayudar a nuestro perro a sentirse más cómodo y seguro.
Cuidado y bienestar canino
El cuidado y el bienestar de nuestros perros son muy importantes y hay muchas cosas que podemos hacer para asegurarnos de que nuestros perros estén felices y saludables. Algunas de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestros perros incluyen proporcionarles una dieta equilibrada y adecuada, llevarlos a chequeos regulares con el veterinario, mantenerlos activos y estimulados y brindarles un ambiente seguro y estable.
En resumen, la psicología canina nos ayuda a entender cómo funciona la mente de nuestros perros y cómo se desarrollan sus comportamientos. A través del conocimiento y la comprensión de la psicología canina, podemos brindar a nuestros perros una vida más feliz y saludable y fortalecer nuestra relación con ellos, lo cual es vital para una perfecta relación humano-canina.
Adiestrar a un cachorro puede ser una experiencia muy gratificante para ambos, tanto para el dueño como para el perro. Sin embargo, también puede ser un desafío, especialmente si es la primera vez que tienes un perro. Aquí hay algunos consejos para ayudar a adiestrar a tu cachorro con éxito:
1. Establece límites claros: Es importante establecer límites claros desde el principio, para que tu cachorro sepa lo que se espera de él. Esto incluye cosas como dónde puede ir al baño, qué puede y no puede masticar, y cuándo es hora de jugar o descansar. Asegúrate de ser consistente con estos límites y de hacer que tu cachorro los respete.
2. Utiliza refuerzos positivos: Los refuerzos positivos, como elogios y recompensas, son una excelente manera de fomentar el comportamiento deseado en tu cachorro. Cuando tu perro hace algo bien, asegúrate de elogiarlo y recompensarlo con algo que le guste, como un juguete o una galleta. Evita los castigos físicos, ya que pueden dañar la relación entre ambos y aumentar el miedo y la ansiedad en tu perro.
3. Enseña a tu cachorro a sentarse: Sentarse es uno de los trucos más básicos que puedes enseñarle a tu cachorro, y es una excelente manera de comenzar a adiestrarlo. Para enseñarle a tu cachorro a sentarse, dile «sientate» mientras empujas suavemente su trasero hacia abajo. Una vez que tu cachorro se siente, recompénsalo con un elogio y una galleta. Repite este proceso hasta que tu cachorro entienda lo que quieres decir cuando le dices «sientate».
4. Enseña a tu cachorro a venir cuando lo llames: Es importante que tu cachorro aprenda a venir cuando lo llames, ya que esto puede ser útil en situaciones de emergencia o peligro. Para enseñarle a tu cachorro a venir cuando lo llames, llámalo su nombre y recompénsalo con un elogio y una galleta cada vez que venga a ti. Repite este proceso hasta que tu cachorro venga sin problemas cada vez que lo llames.
5. Enseña a tu cachorro a no saltar: Los cachorros a menudo tienen la tendencia a saltar cuando están emocionados, pero es una costumbre poco recomendada y que debemos de corregir adecuadamente.
6. Utiliza comandos consistentes: Es importante utilizar siempre los mismos comandos para cada acción que quieres que tu cachorro realice. Por ejemplo, utiliza siempre la misma palabra para decirle a tu cachorro que se siente o que venga a ti. Esto le ayudará a entender mejor lo que quieres decir y a responder de manera más rápida.
7. Sé paciente: Adiestrar a un cachorro puede ser un proceso lento y frustrante a veces. Es importante tener paciencia y recordar que tu cachorro es solo un cachorro y aún está aprendiendo. No esperes resultados inmediatos y recuerda darle a tu cachorro el tiempo y el espacio que necesita para aprender y crecer.
8. Haz que el adiestramiento sea divertido: El adiestramiento no tiene que ser una tarea aburrida o estresante para ninguno de los dos. Trata de hacer que el adiestramiento sea divertido y lúdico, utilizando juguetes y recompensas para motivar a tu cachorro. De esta manera, tu cachorro estará más dispuesto a aprender y a seguir tus órdenes.
9. Practica en diferentes entornos: Es importante que tu cachorro aprenda a obedecer tus órdenes en diferentes entornos y situaciones. Practica el adiestramiento en diferentes lugares y con distracciones para asegurarte de que tu cachorro sigue tus órdenes en todas partes.
10. Pide ayuda si lo necesitas: Si te sientes abrumado o no estás seguro de cómo adiestrar a tu cachorro, no dudes en pedir ayuda. Puedes buscar consejos en línea o considerar contratar a un entrenador profesional para que te guíe. Recuerda que adiestrar a tu cachorro es un proceso continuo y que siempre hay más cosas que puedes aprender y mejorar.
Con estos consejos en mente, deberías estar bien encaminado para adiestrar a tu cachorro de manera efectiva y disfrutar de una relación armoniosa y feliz con tu perro. ¡Buena suerte!
Esta última semana he trabajado con 3 perros que tenían problemas para estar atentos a sus humanos: uno de ellos no prestaba atención nunca por su excesivo nerviosismo y excitación, otro porque parecía muy vago, y el otro presta atención en casa, pero en la calle no. Y como había quedado en dar unos consejos a sus humanos, al final, he pensado, que sería útil compartir esta información con todos vosotros, y si os son de utilidad, mejor aún ;o)
Son ejercicios que no sólo ayudan a mejorar la atención, sino el vínculo y el control de impulsos, además de ser juegos que ayudan a poner a trabajar su mente. Es decir, para que nos preste atención, tenemos que trabajar dos cosas fundamentales: su atención y el control de los impulsos, son dos caras de una misma moneda.
Si lo hacemos bien, en unos meses tendremos un perro que siempre nos hará caso, o al menos, en un 98% de las veces, sea cual sea nuestra orden.
Estos ejercicios además, ayudarán tanto a conseguir que nuestro perro aprenda a hacer cosas, como sobre todo y muy importante, a que no haga cosas, es decir, a corregir comportamientos no deseados o desagradables.
Antes de empezar, recomiendo muchísimo el clicker, no cuesta mucho, y funciona bastante bien. Entre otras cosas porque las órdenes y palabras que usamos a veces se vician y el perro, como sabemos, no entiende excepciones, pero el clicker siempre siempre es recompensa y «entrenamiento» para ellos y para nosotros.
Así que, vamos ver 12 ejercicios que podemos hacer para entrenar con nuestro perro y trabajar, como hemos dicho, que nos preste atención, y el control de impulsos.
Ejercicios prácticos
Coge algo que le encante comer, siéntate en casa en el sofá o donde habitualmente te sientes, y cuando se acerque a ti (estando él en el suelo, no contigo en el sofá), le tiras un trocito. Lo normal es que lo coja y espere a que le des más. Ahí es cuando vas a decirle alguna palabra, como «mira», «atento», o «muy bien», lo ideal es tener un clicker y hacerlo sonar, pero si no tienes, puedes probar con una palabra, y usar siempre la misma, y una vez dicha, le lanzas otro trocito. Y repites. Siempre que se gire y te mire, dices la palabra y le das un trocito. Haz unas 10 ó 15 repeticiones, al menos dos o tres veces al día. Y en unos días, cuando oiga la palabra ya debería estar atento a ti. Eso sí, por favor, sólo di esa palabra cuando vayas a darle algo, si lo engañas perdemos el tiro. Después de un par de días, que veas que lo hace bien, intenta hacer el ejercicio en otro sitio. Y poco a poco, en la calle.
El juego de la «salchicha»: como te dije el otro día, deja a tu perro en una habitación, y esconde en el salón u otra sala un trocito de salchicha o algo que le encante, llámalo y anímalo a buscarlo. No pares de animarlo mucho para excitarlo mucho y ver que contigo se divierte, cuando tú le prestas atención, será más fácil que él te la preste a ti.
Practica el «mira», que te garantice que te mire a los ojos y preste atención: cuando estés en tu casa, y él esté distraído, coge un trozo de algo que le encante, un premio o la pelota, te la pones delante de la cara y le dices «mira», en cuanto te mire a los ojos, dale su premio y anímalo mucho.
Otra cosita: estando de pie, la cocina es un lugar perfecto para empezar, deja caer algo que le encante (un trocito de salchicha, un premio, etc), lo normal es que vaya olisquearlo y cogerlo, cuando vaya, cúbrelo con tu pie, para que no pueda cogerlo. Espera a que levante la cabeza y te mire, y en ese momento, le dices tu palabra y se lo dejas coger. Repítelo unas 7 u 8 veces, un par de veces al día, al menos. Este ejercicio también sirve para que se acostumbre a no coger comida sin permiso ya que se trata de un ejercicio de control de impulsos.
Una variante de lo anterior, es ponerte algo en la mano, y cuando vaya a cogerlo, cerrarla.
Si queremos que el ejercicio anterior sea siempre útil para cuando queramos dejar comida en la mesa (aunque sea una mesa baja a su alcance), sin que la toque, la variante es poner algo en la mesa y sentarnos al lado, esperar a que vaya a olerlo o cogerlo, y lo tapamos con la mano, cuando retire el hocico y nos mire, le damos un premio con la otra mano. Poco a poco, irá prestando más atención a la mano con la que le damos el premio que a la mano que «protege» la comida que no puede coger.
Fijaos como en este momento de la sesión, Luke, mi Foxterrier de pelo duro, una raza de las más nerviosas, está totalmente pendiente de mí, aunque ni siquiera estoy hablando con él, sino con el grupo de educación canina.
Intenta el «toca la mano»: se trata de poner delante de su cara tu mano con la palma abierta, lo normal que hará será darte con la trufita (la nariz), olisquear o incluso lamerte, en cuanto haya un contacto, dale un premio, la palabra aquí es «toca». Igual, repite unas 10 ó 12 veces un par de veces al día.
Otro ejercicio es trabajar con nuestro peludo el «quieto» a un nivel más complejo, a priori. Se trata de calmarlo cuando esté estresado, alterado o frustrado, es decir, cuando lo vemos muy hiperactivo o nervioso. Lo que haremos será esperar a que llegue su hora de comer, ir a por su comedero y su comida, y cuando empiece a ponerse nervioso, saltar, ladrar, etc, paramos, y esperamos. A los pocos segundos se calmará y se quedará mirándonos, entonces continuamos y le damos la comida. Repetimos esta actividad cada día, cada vez que le pongamos la comida, y siempre diciendo la palabra, «quieto», o «espera», o la que hayamos pensado, o si lo usamos, el clicker para premiarlo.
Un paso más en la anterior, es enseñar a nuestro perro a ir a un «sitio de calma», es decir, si vamos a darle de comer y se pone nervioso, hacemos que vaya a ese lugar: el sofá, una mantita suya, etc, y cuando esté ahí quieto, le damos la comida o lo llamamos para que venga a comer. Es muy útil también para controlar cuando llaman a la puerta o se sube dando saltos a las personas. El «espacio de calma» es muy útil para trabajar con perros obsesivos con algo, la comida, el timbre, un persona, etc.
En el parque, o cualquier otro lugar donde pueda estar suelto, pero controlado y seguro: aquí lo que haremos será dejarlo suelto, y siempre que se gire a mirarnos, usamos el clicker o nuestra palabra, y lo animamos a venir y le damos su premio. Si no nos mira, o no viene cuando lo llamamos, vamos a caminar hacia el lado contrario hacia donde esté. Cuando nos siga, clicker, palabra, ánimos para llamarlo, y premio. Para este ejercicio usa premios especialmente deliciosos para él: salchichas, pollo, queso en lonchas bajo en calorías, etc, y mejor cuando no haya comido todavía. Después de un tiempo, podemos empezar a no esperar a que nos mire, sino llamarlo directamente.
Cuando hayamos conseguido que nuestro perro siempre nos mire, y preste atención, al decir «mira» o su nombre, lo practicamos en la calle: cuando estemos paseando le decimos «mira» o su nombre, y cuando nos mire, premio, así controlamos su impulso y su atención en la calle. Poco a poco, empezará a mirarnos él solo cuando caminemos.
Si tenemos problemas para que nos preste atención sobre todo en la calle, vamos a intentar lo siguiente: si lo interpelamos y no nos presta atención ni nos mira, damos unos pasos ágiles en dirección opuesta a la que estamos, para sacarlo de lo que lo tenía distraído y volver a recuperar su atención. Si sigue aún así distraído, probamos diciéndole «vamos chico, venga, etc» con voz dulce y animosa, para que focalice en nosotros.
Un segundo nivel para todos estos ejercicios sería conseguir que otra persona estuviese mientras practicamos, y que mientras hacemos el ejercicio en casa -o en la calle-, esa otra persona haga alguna cosa que pueda distraer a nuestro peludo, para aumentar el valor del control de impulso y por ende, su atención a nosotros.
Cuando veamos que nuestro peludo empieza a hacer bien estos ejercicios, lo que debemos de hacer es ir dejando de premiar paulatinamente para no premiar siempre, es decir, unas veces le damos premios, y otras no, de modo que continue haciendo bien la actividad, sin que haya comida de por medio, o corremos el riesgo de tener un perrito que sólo hace caso y presta atención cuando hay premio.
Importante:
cuidado con estar todo el rato dando premios que pueden ganar peso: debemos tener en cuenta lo que les demos como premio y «quitarlo» de su ración de comida diaria»
siempre que digamos el nombre de nuestro perro, debe ser algo positivo: no los llaméis para reñirles, no gritéis su nombre haciéndole saber que algo está mal.
nunca debemos dejar de premiar su comportamiento (recuerda, el premio puede ser palabras cariñosas y caricias), es importante que siempre que se porte bien, que esté atento y calmado, le demos su recompensa, ya sea un premio, o una caricia y ánimos ;o)
Y recordad que la atención es una carretera de doble sentido, también debemos responder a ellos cuando nos reclaman atención, les hacemos ver que los entendemos y que hay buena comunicación y vínculo.
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