Cómo adiestrar a un cachorro: 10 pasos que debes poner en práctica desde el primer minuto.

Cómo adiestrar a un cachorro: 10 pasos que debes poner en práctica desde el primer minuto.

Adiestrar a un cachorro puede ser una experiencia muy gratificante para ambos, tanto para el dueño como para el perro. Sin embargo, también puede ser un desafío, especialmente si es la primera vez que tienes un perro. Aquí hay algunos consejos para ayudar a adiestrar a tu cachorro con éxito:

1. Establece límites claros: Es importante establecer límites claros desde el principio, para que tu cachorro sepa lo que se espera de él. Esto incluye cosas como dónde puede ir al baño, qué puede y no puede masticar, y cuándo es hora de jugar o descansar. Asegúrate de ser consistente con estos límites y de hacer que tu cachorro los respete.

2. Utiliza refuerzos positivos: Los refuerzos positivos, como elogios y recompensas, son una excelente manera de fomentar el comportamiento deseado en tu cachorro. Cuando tu perro hace algo bien, asegúrate de elogiarlo y recompensarlo con algo que le guste, como un juguete o una galleta. Evita los castigos físicos, ya que pueden dañar la relación entre ambos y aumentar el miedo y la ansiedad en tu perro.

3. Enseña a tu cachorro a sentarse: Sentarse es uno de los trucos más básicos que puedes enseñarle a tu cachorro, y es una excelente manera de comenzar a adiestrarlo. Para enseñarle a tu cachorro a sentarse, dile «sientate» mientras empujas suavemente su trasero hacia abajo. Una vez que tu cachorro se siente, recompénsalo con un elogio y una galleta. Repite este proceso hasta que tu cachorro entienda lo que quieres decir cuando le dices «sientate».

4. Enseña a tu cachorro a venir cuando lo llames: Es importante que tu cachorro aprenda a venir cuando lo llames, ya que esto puede ser útil en situaciones de emergencia o peligro. Para enseñarle a tu cachorro a venir cuando lo llames, llámalo su nombre y recompénsalo con un elogio y una galleta cada vez que venga a ti. Repite este proceso hasta que tu cachorro venga sin problemas cada vez que lo llames.

5. Enseña a tu cachorro a no saltar: Los cachorros a menudo tienen la tendencia a saltar cuando están emocionados, pero es una costumbre poco recomendada y que debemos de corregir adecuadamente.

6. Utiliza comandos consistentes: Es importante utilizar siempre los mismos comandos para cada acción que quieres que tu cachorro realice. Por ejemplo, utiliza siempre la misma palabra para decirle a tu cachorro que se siente o que venga a ti. Esto le ayudará a entender mejor lo que quieres decir y a responder de manera más rápida.

7. Sé paciente: Adiestrar a un cachorro puede ser un proceso lento y frustrante a veces. Es importante tener paciencia y recordar que tu cachorro es solo un cachorro y aún está aprendiendo. No esperes resultados inmediatos y recuerda darle a tu cachorro el tiempo y el espacio que necesita para aprender y crecer.

8. Haz que el adiestramiento sea divertido: El adiestramiento no tiene que ser una tarea aburrida o estresante para ninguno de los dos. Trata de hacer que el adiestramiento sea divertido y lúdico, utilizando juguetes y recompensas para motivar a tu cachorro. De esta manera, tu cachorro estará más dispuesto a aprender y a seguir tus órdenes.

9. Practica en diferentes entornos: Es importante que tu cachorro aprenda a obedecer tus órdenes en diferentes entornos y situaciones. Practica el adiestramiento en diferentes lugares y con distracciones para asegurarte de que tu cachorro sigue tus órdenes en todas partes.

10. Pide ayuda si lo necesitas: Si te sientes abrumado o no estás seguro de cómo adiestrar a tu cachorro, no dudes en pedir ayuda. Puedes buscar consejos en línea o considerar contratar a un entrenador profesional para que te guíe. Recuerda que adiestrar a tu cachorro es un proceso continuo y que siempre hay más cosas que puedes aprender y mejorar.

Con estos consejos en mente, deberías estar bien encaminado para adiestrar a tu cachorro de manera efectiva y disfrutar de una relación armoniosa y feliz con tu perro. ¡Buena suerte!

Cómo conseguir que tu perro te preste atención: 12 ejercicios prácticos y efectivos

Cómo conseguir que tu perro te preste atención: 12 ejercicios prácticos y efectivos

Esta última semana he trabajado con 3 perros que tenían problemas para estar atentos a sus humanos: uno de ellos no prestaba atención nunca por su excesivo nerviosismo y excitación, otro porque parecía muy vago, y el otro presta atención en casa, pero en la calle no. Y como había quedado en dar unos consejos a sus humanos, al final, he pensado, que sería útil compartir esta información con todos vosotros, y si os son de utilidad, mejor aún ;o)
Son ejercicios que no sólo ayudan a mejorar la atención, sino el vínculo y el control de impulsos, además de ser juegos que ayudan a poner a trabajar su mente. Es decir, para que nos preste atención, tenemos que trabajar dos cosas fundamentales: su atención y el control de los impulsos, son dos caras de una misma moneda.
Si lo hacemos bien, en unos meses tendremos un perro que siempre nos hará caso, o al menos, en un 98% de las veces, sea cual sea nuestra orden.

Estos ejercicios además, ayudarán tanto a conseguir que nuestro perro aprenda a hacer cosas, como sobre todo y muy importante, a que no haga cosas, es decir, a corregir comportamientos no deseados o desagradables.
Antes de empezar, recomiendo muchísimo el clicker, no cuesta mucho, y funciona bastante bien. Entre otras cosas porque las órdenes y palabras que usamos a veces se vician y el perro, como sabemos, no entiende excepciones, pero el clicker siempre siempre es recompensa y «entrenamiento» para ellos y para nosotros.
Así que, vamos ver 12 ejercicios que podemos hacer para entrenar con nuestro perro y trabajar, como hemos dicho, que nos preste atención, y el control de impulsos.

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Ejercicios prácticos

  1. Coge algo que le encante comer, siéntate en casa en el sofá o donde habitualmente te sientes, y cuando se acerque a ti (estando él en el suelo, no contigo en el sofá), le tiras un trocito. Lo normal es que lo coja y espere a que le des más. Ahí es cuando vas a decirle alguna palabra, como «mira», «atento», o «muy bien», lo ideal es tener un clicker y hacerlo sonar, pero si no tienes, puedes probar con una palabra, y usar siempre la misma, y una vez dicha, le lanzas otro trocito. Y repites. Siempre que se gire y te mire, dices la palabra y le das un trocito. Haz unas 10 ó 15 repeticiones, al menos dos o tres veces al día. Y en unos días, cuando oiga la palabra ya debería estar atento a ti. Eso sí, por favor, sólo di esa palabra cuando vayas a darle algo, si lo engañas perdemos el tiro. Después de un par de días, que veas que lo hace bien, intenta hacer el ejercicio en otro sitio. Y poco a poco, en la calle.
  2. El juego de la «salchicha»: como te dije el otro día, deja a tu perro en una habitación, y esconde en el salón u otra sala un trocito de salchicha o algo que le encante, llámalo y anímalo a buscarlo. No pares de animarlo mucho para excitarlo mucho y ver que contigo se divierte, cuando tú le prestas atención, será más fácil que él te la preste a ti.
  3. Practica el «mira», que te garantice que te mire a los ojos y preste atención: cuando estés en tu casa, y él esté distraído, coge un trozo de algo que le encante, un premio o la pelota, te la pones delante de la cara y le dices «mira», en cuanto te mire a los ojos, dale su premio y anímalo mucho.
  4. Otra cosita: estando de pie, la cocina es un lugar perfecto para empezar, deja caer algo que le encante (un trocito de salchicha, un premio, etc), lo normal es que vaya olisquearlo y cogerlo, cuando vaya, cúbrelo con tu pie, para que no pueda cogerlo. Espera a que levante la cabeza y te mire, y en ese momento, le dices tu palabra y se lo dejas coger. Repítelo unas 7 u 8 veces, un par de veces al día, al menos. Este ejercicio también sirve para que se acostumbre a no coger comida sin permiso ya que se trata de un ejercicio de control de impulsos.
  5. Una variante de lo anterior, es ponerte algo en la mano, y cuando vaya a cogerlo, cerrarla.
  6. Si queremos que el ejercicio anterior sea siempre útil para cuando queramos dejar comida en la mesa (aunque sea una mesa baja a su alcance), sin que la toque, la variante es poner algo en la mesa y sentarnos al lado, esperar a que vaya a olerlo o cogerlo, y lo tapamos con la mano, cuando retire el hocico y nos mire, le damos un premio con la otra mano. Poco a poco, irá prestando más atención a la mano con la que le damos el premio que a la mano que «protege» la comida que no puede coger.

    ejercicios para educar a tu perro

    Fijaos como en este momento de la sesión, Luke, mi Foxterrier de pelo duro, una raza de las más nerviosas, está totalmente pendiente de mí, aunque ni siquiera estoy hablando con él, sino con el grupo de educación canina.

  7. Intenta el «toca la mano»: se trata de poner delante de su cara tu mano con la palma abierta, lo normal que hará será darte con la trufita (la nariz), olisquear o incluso lamerte, en cuanto haya un contacto, dale un premio, la palabra aquí es «toca». Igual, repite unas 10 ó 12 veces un par de veces al día.
  8. Otro ejercicio es trabajar con nuestro peludo el «quieto» a un nivel más complejo, a priori. Se trata de calmarlo cuando esté estresado, alterado o frustrado, es decir, cuando lo vemos muy hiperactivo o nervioso. Lo que haremos será esperar a que llegue su hora de comer, ir a por su comedero y su comida, y cuando empiece a ponerse nervioso, saltar, ladrar, etc, paramos, y esperamos. A los pocos segundos se calmará y se quedará mirándonos, entonces continuamos y le damos la comida. Repetimos esta actividad cada día, cada vez que le pongamos la comida, y siempre diciendo la palabra, «quieto», o «espera», o la que hayamos pensado, o si lo usamos, el clicker para premiarlo.
  9. Un paso más en la anterior, es enseñar a nuestro perro a ir a un «sitio de calma», es decir, si vamos a darle de comer y se pone nervioso, hacemos que vaya a ese lugar: el sofá, una mantita suya, etc, y cuando esté ahí quieto, le damos la comida o lo llamamos para que venga a comer. Es muy útil también para controlar cuando llaman a la puerta o se sube dando saltos a las personas. El «espacio de calma» es muy útil para trabajar con perros obsesivos con algo, la comida, el timbre, un persona, etc.
  10. En el parque, o cualquier otro lugar donde pueda estar suelto, pero controlado y seguro: aquí lo que haremos será dejarlo suelto, y siempre que se gire a mirarnos, usamos el clicker o nuestra palabra, y lo animamos a venir y le damos su premio. Si no nos mira, o no viene cuando lo llamamos, vamos a caminar hacia el lado contrario hacia donde esté. Cuando nos siga, clicker, palabra, ánimos para llamarlo, y premio. Para este ejercicio usa premios especialmente deliciosos para él: salchichas, pollo, queso en lonchas bajo en calorías, etc, y mejor cuando no haya comido todavía. Después de un tiempo, podemos empezar a no esperar a que nos mire, sino llamarlo directamente.
  11. Cuando hayamos conseguido que nuestro perro siempre nos mire, y preste atención, al decir «mira» o su nombre, lo practicamos en la calle: cuando estemos paseando le decimos «mira» o su nombre, y cuando nos mire, premio, así controlamos su impulso y su atención en la calle. Poco a poco, empezará a mirarnos él solo cuando caminemos.
  12. Si tenemos problemas para que nos preste atención sobre todo en la calle, vamos a intentar lo siguiente: si lo interpelamos y no nos presta atención ni nos mira, damos unos pasos ágiles en dirección opuesta a la que estamos, para sacarlo de lo que lo tenía distraído y volver a recuperar su atención. Si sigue aún así distraído, probamos diciéndole «vamos chico, venga, etc» con voz dulce y animosa, para que focalice en nosotros.
Un segundo nivel para todos estos ejercicios sería conseguir que otra persona estuviese mientras practicamos, y que mientras hacemos el ejercicio en casa -o en la calle-, esa otra persona haga alguna cosa que pueda distraer a nuestro peludo, para aumentar el valor del control de impulso y por ende, su atención a nosotros.
Cuando veamos que nuestro peludo empieza a hacer bien estos ejercicios, lo que debemos de hacer es ir dejando de premiar paulatinamente para no premiar siempre, es decir, unas veces le damos premios, y otras no, de modo que continue haciendo bien la actividad, sin que haya comida de por medio, o corremos el riesgo de tener un perrito que sólo hace caso y presta atención cuando hay premio.
Importante: 
  • cuidado con estar todo el rato dando premios que pueden ganar peso: debemos tener en cuenta lo que les demos como premio y «quitarlo» de su ración de comida diaria»
  • siempre que digamos el nombre de nuestro perro, debe ser algo positivo: no los llaméis para reñirles, no gritéis su nombre haciéndole saber que algo está mal.
  • nunca debemos dejar de premiar su comportamiento (recuerda, el premio puede ser palabras cariñosas y caricias), es importante que siempre que se porte bien, que esté atento y calmado, le demos su recompensa, ya sea un premio, o una caricia y ánimos ;o)
Y recordad que la atención es una carretera de doble sentido, también debemos responder a ellos cuando nos reclaman atención, les hacemos ver que los entendemos y que hay buena comunicación y vínculo.
Qué es imprinting y por qué es esencial para el cachorro

Qué es imprinting y por qué es esencial para el cachorro

Puede que alguna vez hayas escuchado hablar de la importancia del «imprinting» en el desarrollo del perro, y es sin duda una etapa fundamental para su crecimiento y carácter.

¿Qué es imprinting?

El imprinting (o troquelado), es la etapa en la vida del cachorro que va más o menos desde las 2 a las 10 semanas, una etapa sensible en la que el cachorro aprende  a «ser quien es», a tomar conciencia de sí mismo y de los que están en su entorno: madre, hermanos, otros perros, humanos… Es algo natural en el perro aprender de su entorno, y de hecho, se cree que todo aquello que el cachorro no aprende en este periodo serán comportamientos difíciles de corregir en el futuro.

Entender cómo evoluciona el cachorro y su desarrollo tanto físico como cognitivo, puede facilitarnos comprender mejor la importancia de cada etapa en su crecimiento, de su comportamiento, y de su forma de comunicarse, y por lo tanto, conocer mejor cómo comunicarnos con él y cuándo y cómo debemos empezar a «educarlo».

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En esta etapa, por ejemplo, la madre corrige determinados comportamientos, y sus hermanos lo enseñarán a jugar controlando por ejemplo, la fuerza de la mordida, algo importante en su desarrollo. De esta etapa depende en gran medida el carácter del perro: seguridad, confianza, equilibrio, felicidad, no agresividad, son algunas de las características que dependen de este periodo.

Un cachorro de dos meses que ha tenido un adecuado periodo de imprinting no temerá al humano ni a otros perros: al contrario, se acercará y curioseará alrededor.

Por todo ello, no es recomendable separar al cachorro de su madre y hermanos antes de las 7 semanas, además de por supuesto, el periodo de lactancia.

Imprinting no es socialización

Por último, es importante no confundir el periodo de imprinting con «socialización». La diferencia entre socialización e imprinting son claras: la socialización es posiblemente una de las principales etapas en al vida del perro, y va de los 3 semanas a los 3 meses, a lo largo de los cuales, el cachorro comenzará a explorar y conocer lo que con el tiempo será su vida de adulto. Así aprenderá a comunicarse, a controlarse, a relacionarse…

En otro post abordaremos más en profundidad la importancia de la socialización para evitar problemas de miedo, agresividad, timidez en perros adultos.

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